jueves, 31 de julio de 2014














Ni siquiera te enteras
cuando le hago el amor a tu espalda
cuando espanto el sudor que te acecha
cuando tallo un poema en ella.
Ni cuenta te das
del placer que no ha sido bautizado,
no hay nombre para llamarlo,
es anónimo, es mío.
Estoy segura que ni sospechas,
de los retratos que ya pinté,
en el lienzo de tu piel acrílica,
ni de los neologismos creados
rn el silencio de tu cama.
Creo que...No te das cuenta,
pero igual, esa espalda es mi obra,
mi arte, mi escondite, mi secreto,
Y si algún día te das cuenta no interesa,
porque importa el ahora de tu espalda,
mi frente incrustada en ella
mis labios haciendo mía tu espalda.

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