lunes, 13 de octubre de 2014

Creí que llegaría al coma de las ilusiones infundadas,
 pensé que tocaría el umbral de la desesperación,
 imaginé que huiría mi apetito,
 que ojeras decorarían un lúgubre rostro,
estaba segura que entraría en ayunas de carne de toda especie,
 me veía insolitamente sola
con el espejo en huelga
y los tacones polvosos,
 Esta vez erré en mis pronósticos
 porque la sonrisa que decoran mis treinta inviernos
es auténtica,
el beso que anhela mi boca
 los dedos que quiero enlazados a mis manos,
 no son los tuyos,
 No morí,
 volví a nacer sin vos.
Nací un día nublado,
fresco, limpio, casi como hoy,
crecí adorando las ramas de los árboles,
que se mecían húmedas después de la tormenta,
pasé mucho tiempo contemplando la lluvia,
debajo del chorro de agua que caía del canalete del zinc;
inmovil, en ropa interior, inocente y feliz,
cuando desconocía el significado del dolor.
Los sueños de mi adolescencia,
aparecieron mientras observaba las correntadas,
que arrastraban menos basura que ahora por las calles de mi barrio,
En días que me ilusionaba con la mirada del niño de ojos grandes,
que estaba al otro lado de mi salón de clase.
Nací en una Nicaragua de invierno auténtico,
en los días en que se era feliz sin internet,
con una taza de café una barra de pan de a chelin,
en época en la que para describir un estado lo plasmaba en la corteza de un árbol,
o con carbón del fogón en la tabla del cocinero,
cuando las declaraciones de amor se hacian sin facebook o correo electronico,
en tiempos en que un apretón de manos sudadas acompañaban fijo un beso.
Nací en la esquina del cuarto de mi madre,
en manos de la partera Doña Julia,
en compañía de una pana con agua hervida y muchos trapos,
no usé pampers, ni toallas húmedas,
no tuve barbies ni mochilas Toto,
me mandaban a dormir a las siete
y nunca me dejaron ver una escena de sexo en la televisión.
Nací hace tiempo, tenía menos que ahora, quería menos que hoy,
pero sigo siendo esa, la que nací sin saber cuándo dejaré de nacer.


Mucha letra dice mi madre,
letras que quisiera consumir a montones,
sin dietas restrictivas,
sin temor al exceso.
en medio de las muchas letras tomo un respiro,
un té antigripal acompañado de una aspirina,
una hora de balada instrumental
que promete estimular mis hemisferios,
un reconocerme completa,
sin enfermedades del alma,
sin secretos que agovien,
disfrutando el panorama del pequeño
que lee el primer cuento ilustrado de su progenitora.
Mucha letra? Pocas horas, pocos días, pocos años,
ayer eran primaveras,
hoy algunas docenas,
en el torbellino de mi lecho,
traducido en muchas letras.
Aspiro ese aroma,
el té humeante,
mi reflejo en los ojos de mi segundo amor,
mi lámpara de escritorio,
la comodidad de mi almohada,
el enredo de los niveles narrativos,
la serenidad de mi respiracion
que ayer se tornó débil y gris.
Sueño con muchas letras.

jueves, 31 de julio de 2014

Ahora camino por la sala con poca ropa
No importa la piel imperfecta a tus ojos,
No interesan los cánones,
Hablo sin problemas de los orgasmos que ofreces o niegas,
Las primaveras han llenado de orgullo mi psiquis,
Las experiencias adornan mis historias,
El lápiz en mi mesa casi sin tinta me observa asustado,
En el refrigerador me esperan las frutas, las legumbres
Y en la cama, tu pecho
Ese sobre el que duermo sin prejuicios
Sin papeles,
Sin presentes ni pasados,
Ya no duele la canción que estrenaste en el primer adiós,
Los títulos no envanecen la soledad cuando viajas,
Cuando escucho trova o música en inglés a elevadas horas
No me incomoda adornar tu espejo con vanidades y polvos compactos,
Ni escribir rodeada de personas blancas, negras, azules,
Coloreadas por las luces de las discos,
Ahora camino por la sala con poca ropa.

Acercate,
no pienses mucho porque el arrepentimiento puede usurparme
toma mi mano antes que la esconda en el bolsillo de mi pantalón
no finjas con apartar una hebra de mi mejilla
ya ofrenda el beso que derrite tu deseo
no tengas miedo
al rechazo que muchos han vivido
ni a la bofetada que otros estrenaron
solo voy a cerrar los ojos
dejaré que me llene tu respiro
no te negaré las palabras
que algunos desecharon
ni los versos desperdiciados en vaguedad
te dedicaré una canción
aquella que compuse para algún sordo
que he desterrado para que vos aparezcás
Acercate

Solo pedime que me quede
esta vez lo haré
te enseñaré a dormir sujeto a mi cintura,
acariciaré tu rostro hasta que se mueran mis ojos,
dejaré que suene la canción que tanto nos gusta,
_sí, también me gusta_
tomaré tus manos para protegerlas en mi pecho,
más allá de las carnalidades
alimentaré tus vacíos con poesía,
mientras llega el sueño hablaremos de mil cosas,
de la fisura en el techo,
de las grasas saturadas,
del retrato de Dorian Gray,
de la ausencia de goles de Brasil en las olimpiadas,
de la almohada que hay que cambiar,
de la razón por la que no llueve,
de la ensalada que pepararé para el desayuno,
del hijo que aún deseo,
de mis imaginarios viajes a París,
Pedime que me quede,
te enseñaré a dormir con una mujer,
no como de seguro lo has hecho otras veces,
cuando no era yo y mis cien versiones en tu costado
no haré ruidos,
ni me levantaré a media noche,
te besaré despacio casi imperceptible,
ni siquiera te darás cuenta de las tantas veces que sonreiré
por la primera vez que dormiré contigo
vamos... vuelve a pedir que me quede.

 










Mis estudiantes dicen que estoy enamorada
porque amo la música a todo hora
sin complejo a las desafinaciones.
Mis amigos dicen que estoy enamorada
porque escribo a deshoras
en nombre de un amor de humo.
Mis colegas dicen que estoy enamorada
porque rio, a veces uso boina o dejo maquillaje al descuido.
Mi familia dice que estoy enamorada
porque me pierdo entre audífonos, letras y desvelos.
Lo que ninguno sabe es
que no conozco aun
el llamado amor que me haga dormir temprano,
abandonar un libro,
vestir como doña,
callar mi voz,
todos dicen que estoy enamorada
porque escribo de tu pecho, la brisa,
las historias, los orgasmos,
tus cabellos, mi psiquis,
y yo... Aún espero.
Alguien, uno de tantos hizo una pregunta,
en otra época me hubiese ofendido
en mis tiempos de trapecista de cuerda que camina en línea recta,
pero hoy... es fácil contestar la interrogante
que estoy segura no satisfació el interés de mi entrevistador
¡Qué te excita? preguntó el curioso
y con la mirada hacia adentro contesté:
Qué me excita??? Un salón con un pódium,
personas con los ojos clavados en mis labios,
un escritor explicando su más reciente obra,
un estudio de grabación,
un piano clásico que canta solo,
un escenario con luces de colores,
humo, micrófonos inalámbricos para ser manejado a mi antojo,
un libro anhelado con olor a nuevo,
la reunión de los amantes al lápiz,
con sus caras encendidas para hablar de poesía,
un cuadro que pinte rostros de amantes,
tal vez pintado por Igor Corrales o William Gonzalez Vasquez,
un café en cualquier cafetería de Managua,
en compañía de mi amiga La Luchi Tenorio
entre cien conversaciones repetidas por quinta vez,
de las que nos reimos y filosofamos todo el tiempo,
un recuerdo del amor de mis cuentos,
una almohada con sabor a él,
Eso, eso me excita.

Ordenar,
arreglar la cama para desaparecer las arrugas de un mes,
comprar un despertador que asegure mis llegadas a tiempo,
inventarle un día extra a la semana,,
tal vez un mundes o un liéncoles,
ser normal,
dormir ocho horas o al menos cinco,
escribir menos, leer menos, pensar menos,
comprar una casa con un fresco jardín,
desaparecer los cojines, los papeles, la ropa sucia,
comprometerme un poco más,
adquirir un hombre que me de órdenes,
buscarlo en la subasta de la esquina para jurarle fidelidad,
parir, alimentar y criar otro hijo,
ver más televisión y dejar de escuchar música,
ser una maestra convencional,
que enseñe ortografía o sintáxis,
sin pretender que mis alumnos sean escritores o artistas,
Ordenar,
madrugar, planchar siempre la ropa,
ser más pudorosa para hablar de sexo,
menos exigente, menos soñadora, menos de ficción,
mentir más seguido,
fingir que todas las personas me caen bien,
dejar en paz al mundo
e ignorar al resto de normales mediocres
que tiran la basura por la ventana del autobús,
Amar menos, creer menos, vivir menos,
dejar de respirar la lluvia o de desear correr bajo ella,
dejar de contemplar la luna e imaginar una danza en sus contornos,
ser como los demás,
Ordenar, eso esperan
que muera para ordenar.













Ni siquiera te enteras
cuando le hago el amor a tu espalda
cuando espanto el sudor que te acecha
cuando tallo un poema en ella.
Ni cuenta te das
del placer que no ha sido bautizado,
no hay nombre para llamarlo,
es anónimo, es mío.
Estoy segura que ni sospechas,
de los retratos que ya pinté,
en el lienzo de tu piel acrílica,
ni de los neologismos creados
rn el silencio de tu cama.
Creo que...No te das cuenta,
pero igual, esa espalda es mi obra,
mi arte, mi escondite, mi secreto,
Y si algún día te das cuenta no interesa,
porque importa el ahora de tu espalda,
mi frente incrustada en ella
mis labios haciendo mía tu espalda.
Ese frio, 
me inspira,
 Me llena el aliento
 y me parece encontrar tu calor, 
este amanecer sin él y conmigo, 
Nunca me había sentido tan acompañada,
 No muero ya,
 Mis líneas de expresión se adormecieron,
 Los años no pesan,
perdió importancia qué tan temprano o tarde he llegado,
 No sufro ya.
 y me siento llegar,
Ya escucho mis pasos,
Ya huelo mi nueva piel,
 Ya casi llego.

jueves, 5 de junio de 2014

A Alex Cano
Vos preferís el sol que quiebra el camino polvoso
yo, el lodo que salpica mis zapatos.
vos, estás a kilometros escribiendo, soñando,
caminas a diario hacia el lugar de tu formación,
yo, estoy a años luz de tus pies
camino a diario hacia la formación de mi lugar,
de seguro, lees en el trayecto,
escuchas la canción del video de tu dolescencia,
yo, leo en el trayecto
y escucho las canciones que entoné en mi entrecortada pubertad,
tal vez prefieres a Carlos Martínez
yo, a Oscar Wilde
Vos, te despertás al cantar del gallo
yo, no despierto porque no duermo
Vos has publicado varios de tus libros,
yo aun no acabo mi poemario
y cuando en otro cuento nos casemos
tendremos dos patios:
en uno habrá una fuente que moje a diario la tierra,
en el otro brillará un gran sol que te compraré
y en el centro nos reuniremos
a seleccionar libros para leer,
esos que no deben mojarse ni empolvarse
y cantaremos las canciones de tu ayer y mi ayer.

viernes, 9 de mayo de 2014

He aquí un pensamiento

Hoy me hicistes pensar en olores
ese olor a tierra húmeda
que ambos amamos,
el olor de tu cabello
enredado en mi nariz,
el olor de aquél sudor que una vez visitó mi piel,
ese olor a tierra húmeda
inhalado desde la ventana del autobús,
el olor a poesía,
a improvización melodiosa,
el olor de tus manos morenas,
el olor de tu risa epontánea,
el olor de tu nombre
el olor del amanecer friolento
sujeta de tu brazo
ese que me ofrendaste más de una vez.

martes, 6 de mayo de 2014

Mi llegada






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Casi me acostumbro

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Sideral, del artista plástico nacional William González

Casi me acostumbro
Casi me acostumbro
a despegar la mirada del celular,
a ver a otros a los ojos con la libertad del parpadeo,
a no buscarte en ningún rincón.
Casi me acostumbro
a dormir en la paz de mi sábana rota,
a tomar un café con o sin compañía,
a respirar otra vez sin tus manos dirigiendo el viento.
Casi me acostumbro
a la costumbre de verte sin extrañar
a observar la luna y sonreír
porque su brillo es el mismo
en tu presencia o ausencia.
Casi me acostumbro
a tenerte y no tenerte.
y... dicen que la costumbre mata
pero,
Casi me acostumbro
a la costumbre de buscar más allá
de lo que tu insipiente costumbre acostumbra a dar.