jueves, 31 de julio de 2014

Solo pedime que me quede
esta vez lo haré
te enseñaré a dormir sujeto a mi cintura,
acariciaré tu rostro hasta que se mueran mis ojos,
dejaré que suene la canción que tanto nos gusta,
_sí, también me gusta_
tomaré tus manos para protegerlas en mi pecho,
más allá de las carnalidades
alimentaré tus vacíos con poesía,
mientras llega el sueño hablaremos de mil cosas,
de la fisura en el techo,
de las grasas saturadas,
del retrato de Dorian Gray,
de la ausencia de goles de Brasil en las olimpiadas,
de la almohada que hay que cambiar,
de la razón por la que no llueve,
de la ensalada que pepararé para el desayuno,
del hijo que aún deseo,
de mis imaginarios viajes a París,
Pedime que me quede,
te enseñaré a dormir con una mujer,
no como de seguro lo has hecho otras veces,
cuando no era yo y mis cien versiones en tu costado
no haré ruidos,
ni me levantaré a media noche,
te besaré despacio casi imperceptible,
ni siquiera te darás cuenta de las tantas veces que sonreiré
por la primera vez que dormiré contigo
vamos... vuelve a pedir que me quede.

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