miércoles, 4 de noviembre de 2015

Necesito leer,
requiero dejar de pensarte
no más esa costumbre inculta de colgarme de tu pecho,
no quiero distracciones que esterilicen argumentos,
estrategias,
ideas,
necesito leer,
sin que tu respiración se atraviese entre el teclado y la sábana,
no quiero que pronuncies mi nombre...
solicito un divorcio pre matrimonio,
una temporada entre líneas,
un receso sin permisos de extravíos,
no un final, sino un paréntesis en la lectura,
necesito leer,
no sé si lo comprendes pero requiero leer,
no a otros, que respiren,
que provoquen la celosía de tu fiera,
que me reclama suya a su manera,
no es esa la necesidad,
en serio necesito leer desconectada de tu piel,
a otro poeta extinto,
a un metodólogo,
a un especialista en el tema,
un libro que me permita, después de una lectura,
estar en paz para por fin leerte a vos,
entonces… no necesitaré leerlos,
para cuando haya acabado,
lo único que necesitaré,
son tus brazos,
para esconderme en ellos,
para leerme en tus ojos y firmarme en tu piel.

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