miércoles, 4 de noviembre de 2015

Vencer al viento,
cuando llega por sorpresa y te toma del cabello,
 cuando hala hacía el pasado que no quiere repetirse,
sentir que una llaga de la tierra se abre
 para el alma que pelea contra ese viento,
es la tormenta del ser,
 esa mala costumbre de creerse centro
cuando apenas se es una minúscula partida,
dormitar sobre las olas bravías y desafiantes,
esperar un deceso seguro y avasallador,
vencer el viento,
 enemigo invisible que ruge en mi cara,
amenaza con levantar mi pequeño cuerpo
 para lanzarlo a su abismo,
entonces me pregunté cómo vencerle,
desde lo alto acudió la respuesta,
en paz, sin la fuerza de la carne hinchada,
entonces descubrí que mi diminuta humanidad no lo es todo,
que el pasado es una victoria para el ahora,
y pude ver a los ojos al viento sin parpadear.

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